martes, 10 de diciembre de 2013

DISNEYLAND!

Iago tiene la suerte de vivir en una de esas pocas ciudades en el mundo en el que hay Disneyland. Al alcance de tu mano, a solo unas paradas de metro (un metro que, por cierto, tiene sus ventanas con la silueta de Mickey, asientos de terciopelo y estatuillas de todos los personajes Disney).
Desde que nació teníamos ganas de llevarlo (cualquier excusa es buena porque en realidad queríamos ir nosotros) y en Mayo del año pasado, como regalo del día de la madre, fuimos. Es cierto que el no se entero de nada, solo tenia 8 meses y medio, pero nosotros disfrutamos como enanos. Es increíble lo que tienen montado allí.
Ahora ya es mas mayor, ya ve a Micky en una camiseta o en su pijama y dice Tiki! así que esta semana, aprovechando que teníamos un par de días libres, decidimos volver.
Esta vez fuimos dispuestos a pasarlo bien todos, no solo los padres. Subimos en el tiovivo, en el carrusel de Dumbo y nos fuimos a sacar una foto con Mickey. Iago desde la cola le llamaba a voz en grito, pero, cuando le tocó a él y Mickey se le acercó, dijo un NO rotundo y sonoro, se dio media vuelta y se acurrucó en los brazos de su madre, y lo mismo pasó con Pluto. Nuestro enano se está haciendo mayor, pero no tanto.



 


Fue un día de grandes sobresaltos, desde el musical de El Rey León que miró sin pestañear durante la media hora que duró hasta la película de Fantasía de Mickey y Donald en 3D que vio con sus gafas y todo, pasando por el encendido de luces del inmenso árbol de Navidad del parque. Por cierto, esto merece una mención especial: increíble como al aire libre pueden hacer que nieve de la forma que lo hizo durante por lo menos 10 minutos mientras se iluminaba el árbol.
Lo dicho, un día de emociones tan grandes que nos pasaron factura de noche. A Iago le costó dormir y se despertó mil veces. Como culparlo? Todavía en la cabeza seguro que andaba Tiki, Simba y el sinfín de cosas nuevas e increíbles que había vivido. ¡¡Quien hubiese podido ir a Disneyland de pequeño!!





Vuelta al cole

Todo pasa y todo llega. Nunca esta frase tuvo tanto sentido como ahora. En España estáis todos ya en la última fase d...