lunes, 17 de junio de 2019

Nos mudamos!!

Después de estar otra vez un poco apartados del blog, hemos decidido retomarlo. Y esta vez con el firme compromiso de ser mas constantes, de manteneros informados de nuestras novedades (hay muchas) y de haceros partícipes de nuestro día a día en esta ciudad después de casi, quien nos lo iba a decir cuando llegamos, una década aquí.

En nuestra búsqueda por tener un día a día mas acorde a lo que nosotros creemos que debe ser nuestra vida, hemos decidido mudarnos. Llevábamos tiempo dándole vueltas, porque a pesar de vivir en una zona privilegiada de la ciudad, a tiro de piedra casi de cualquier sitio, la casa se nos iba quedando pequeña. Y este mes decidimos dar el paso.

Después de seis años viviendo en un apartahotel, sintiendo que nunca dejas de estar de paso, decidimos mudarnos. Y no solo nos mudamos de casa, sino de barrio, de ciudad y hasta casi se puede decir que de vida. Porque eso es lo que supone marcharse a Sai Kung. Un giro drástico en nuestra forma de vivir. Con el que estamos encantados.

Sai Kung es un pueblo de pescadores, en una esquina de un Parque Natural increíble y con montones de cosas que hacer al aire libre. Hay una amplia colonia de expatriados que, como nosotros, tratan de encontrar un estilo de vida que se parezca mas al de sus países de origen, y que en la selva de asfalto y cristal que es Hong Kong es muy complicado de lograr. Y a nosotros nos encaja como anillo al dedo.

Ahora que los niños son un poco mas mayores (Iago hace en agosto 7 y Roque en septiembre 4) creemos que es fundamental que jueguen, se relacionen y pasen menos tiempo en casa y mas en la
calle. Y para eso Sai Kung es un paraíso. Nosotros vivimos en una plaza rodeada de terrazas y con un parque donde 10 horas al día hay niños jugando. Al fútbol, al baloncesto, con los monopatines, con juguetes... Sí, ya sé que estoy describiendo la vida normal de casi todos los niños que conocéis, pero creedme, esto en Hong Kong no es tan fácil de encontrar. A ellos les cambió la vida desde el primer día. Tardes de rodillas sucias, de bocata en el parque, de aventuras y relaciones que deben ser parte de la infancia de cualquier niño.

Y si nos cambió la vida de puertas para afuera, también, incluso mas, lo hizo de puertas para adentro. Lo de la casa fue un amor a primera vista. Es perfecta, al menos para lo que nosotros queremos. Techos altos, paredes blancas... y espacio. Espacio para por fin, después de muchos años poder decorar una casa a nuestro gusto. Espacio para que los niños jueguen sin chocarse y sin chocar con nosotros... y una terraza! Una terraza con la que aprovechar el buen clima que hay la mayor parte del año en Hong Kong. Cenas a la luz de la luna, barbacoas, una pequeña piscina para remojarse cuando el sol aprieta que es casi siempre.. en definitiva una casa en la que sentirte cómodo y feliz.

Porque esa es la palabra que más sale de nuestras bocas últimamente. Felicidad. Nuestros días al margen de trabajos y coles son una sucesión de playas,(tenemos muchas a tiro de piedra o mejor dicho a paseo en sampán a las islitas cercanas) parque y piscina. Una peligrosa sensación de
vacaciones continuas que no quieres que termine. Pero bueno, en realidad es que estamos ya casi
de vacaciones. Roque ya acabó, a Iago y a Dani les queda una semana y yo este mes me lo estoy tomando un poco mas de relax ¡Además somos nuevos en el barrio y nos lo merecemos! Digo yo.









































Vuelta al cole

Todo pasa y todo llega. Nunca esta frase tuvo tanto sentido como ahora. En España estáis todos ya en la última fase d...