jueves, 22 de agosto de 2019

Babymoon... a nuestra manera


Tengo que reconocer que hasta hace poco no conocía el concepto, pero tiene su aquel. Se ve que se lleva que los futuros padres, antes de dar a luz, se den el gusto de hacer un viaje, unas vacaciones para “coger fuerzas” ante lo que se avecina. Y lo llaman Babymoon.

Bueno, está claro que no es nuestro caso, porque nosotros viajamos con toda la familia, y el que más y el que menos sabe que puede ser una auténtica locura. Pero a nosotros nos encanta.

Este año yo tuve muy pocas vacaciones. Temporada muy larga, un partido especial contra el Manchester City a finales de julio... así que solo pudimos estar juntos en España diez días. Y el que viva fuera de su país sabrá que cuando vuelve de vacaciones hay mucho más de agenda marcada al milímetro que de vacaciones reales. 

Así que cuando supimos que después de ese partido tendríamos unos días libres, planeamos un viaje por Asia. Hay que aprovechar los años que estamos en Hong Kong, muy cerca de países increíbles a los que es más difícil de ir cuando necesitas cruzarte el océano para llegar.
Lo hacíamos antes de tener hijos y lo hacemos igual (bueno, parecido) con ellos. Porque les encanta, disfrutan un montón, son súper curiosos con todo y creemos que es un regalo espectacular para ellos. Les abre la mente, los educa y les genera unos recuerdos de infancia imborrables.

Está claro que viajar con niños pequeños no es lo mismo que viajar solos, y hay que tenerlo en cuenta. Sabes que se van a cansar, que van a protestar... así que hay que hacer lo posible para minimizar el estrés, pero (al menos esa es nuestra idea) sin renunciar a lo que nosotros buscamos en un viaje.
Por todo eso decidimos ir a Kuala Lumpur. Ya habíamos estado antes en Malasia, pero en la isla de Borneo, en la playa, así que esta vez buscamos algo diferente.
Haciendo uso de las Asian Miles (si os gusta viajar, haceros una de esas tarjetas de millas porque sin daros cuenta iréis ganando puntos que se convierten bastante rápido en vuelos y noches de hotel gratis) pillamos un resort en las afueras de KL. Por aquello del equilibrio. Dos peques y una embarazada hacen que te tengas que tomar la vida con más tranquilidad, y se agradeció mucho la mañana que pasamos al sol en la piscina.
Pero el resto de los días, al lío. He de reconocer que a mi no me atraía en exceso la idea de KL, y no podía estar más equivocado. Es mucho más que las Petronas. Tiene barrios fascinantes, una mezcla de culturas increíbles, mucho ambiente... pero hay más. Decidimos hacer un hora de carretera hacia el norte, hasta el santuario de elefantes Kuala Gandah. Todos pasamos un día increíble. Aprendimos, los niños les dieron de comer... y ¡hasta nos bañamos con ellos en el río! Creo que fue un día que no van a olvidar nunca. Iago es muy curioso, se pasó el día de la mano del guía (Uda, gran tipo) preguntándole cosas. Y Roque desde la mañana como loco por bañarse con ellos. Ni gota de miedo incluso cuando el agua le llegaba por los hombros y ¡tenía el elefante a dos centímetros! 
Cada día nos sorprenden con alguna cosa. Razonamientos, ideas… No hay nada mejor que vivir la vida a través de sus ojos.




Fueron pocos días, pero fue genial poder estar de vacaciones en familia. Nosotros por nuestro trabajo tenemos la suerte de pasar mucho tiempo juntos, pero aún así las prisas y las rutinas del día a día te impiden muchas veces pasar juntos ratos de calidad. Y hay que aprovechar, porque una cosa sí es cierta en el tema Babymoon: No sé si sirve para coger fuerzas pero sí para quedarte con un buen sabor de boca en cuanto a las vacaciones. Porque una vez que Nora nazca, tendrá que pasar un tiempo hasta que hagamos otro viaje. Y no quiero pensarlo mucho, pero viajar con tres niños pequeños me da a mí que va a ser un reto mucho mayor! 

Aún así, es lo que elegimos, y estamos encantados de vivirlo y estaremos encantados de seguir por aquí para contarlo.


Vuelta al cole

Todo pasa y todo llega. Nunca esta frase tuvo tanto sentido como ahora. En España estáis todos ya en la última fase d...